Ocuparse de la prevención y de la cura del cáncer en niños y adolescentes: ésta es la propuesta de “Unidos por la Cura” (UPC), iniciativa que se inició el año de 2005, a través de una alianza entre el Instituto Desiderata y la Escuela Nacional de Salud Pública Sergio Arouca (ENSP/FIOCRUZ), y que ha contado con el apoyo FIOTEC a partir de 2007. Se trata de una política pública carioca que identifica los principales agentes involucrados con el tema y define, junto a ellos, el diagnóstico precoz y el acceso al tratamiento como foco de trabajo. La política está inserta en la rutina de los hospitales públicos que tratan el cáncer en Río de Janeiro, siendo regida por profesionales del Sistema Único de Salud (SUS) que trabajan en los centros de tratamiento de cáncer pediátrico en la ciudad, en organizaciones médicas y en la sociedad civil.
Su composición se desarrolla en tres ejes: educación, flujo e información. Todo esto empieza con la capacitación de profesionales de salud para que ellos puedan identificar los síntomas de la enfermedad. El segundo paso es el encaminamiento correcto del paciente: en caso de sospecha de cáncer, debe ser atendido en los hospitales públicos de referencia y que sean aliados a la política hasta en 72 horas. Desde la sospecha hasta la confirmación del diagnóstico, todos los casos son monitoreados a través de la Tarjeta de Acogida Unidos por la Cura.
Desde su creación, “Unidos Por la Cura” ya ha mostrado resultados. Entre 2008 y 2012, fueron capacitados 1.659 profesionales y 691 niños y adolescentes fueron encaminados a los Polos de Investigación. El 32% de éstos fueron acogidos en los hospitales hasta en 72 h. El índice de acogida llegó al 56% hasta siete días y 71% hasta 15 días. En total, 32 casos fueron diagnosticados con cáncer.
Humanización de ambientes también hace parte del tratamiento
Otro ángulo importante que compone “Unidos por la Cura” es la búsqueda de un tratamiento de calidad. El Grupo de Trabajo comprendió que un espacio acogedor y lúdico era esencial para disminuir el rechazo al tratamiento y motivar a los pacientes. Para esto, el designer Gringo Cardia creó, en forma voluntaria, escenografías especiales en las salas de quimioterapia, lechos de internación y salas de examen. Al mismo tiempo, el instituto responsable captó recursos para transformar los espacios de tratamiento infanto juvenil en los hospitales públicos que hacen parte de “Unidos por la Cura”.
De los proyectos, el primero fue “Acuario Carioca” – salas de quimioterapia transformadas en fondo de mar – implantado en el Hospital Federal de los Servidores del Estado, Hospital Federal de Lagoa y Hospital Pediátrico de la UFRJ[i]. Dentro del mismo contexto está la “Hospedería Juvenil” – lecho de internación ambientado especialmente para adolescentes – en Hemorio y en “Submarino Carioca”, en el Hospital Municipal Jesús, donde Gringo Cardia transformó el tomógrafo en un submarino y el servicio de radiología en un profundo océano.
Los resultados ya han sido celebrados por la directora del Instituto Desiderata, Roberta Costa Marques. “En promedio, 30 a 40 niños pasan al mes por los servicios de oncología de los hospitales. ‘En el Hospital Municipal Jesús, de las 160 indicaciones de exámenes de tomografía con anestesia -desde julio de 2012 hasta marzo de 2013-, solo cuatro niños necesitaron, de hecho, ser anestesiados”, afirmó.
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*Informaciones: asesoría de prensa Instituto Desiderata
[i] Universidad Federal de Río de Janeiro