Se junta la basura desechada por el mayor parque industrial del Estado de Río de Janeiro, los desechos producidos por millones de habitantes de los 16 municipios por donde pasan los ríos que desaguan en la Bahía de Guanabara y el anclaje de centenas de buques. El resultado es trágico: ecosistemas en grave desequilibrio en la bahía y poblaciones humanas conviviendo con niveles alarmantes de insalubridad a lo largo de todas sus subcuencas.
Para promover una gestión participativa de las aguas y buscando la reducción de las iniquidades socioambientales de esos territorios, organizaciones de la sociedad civil están construyendo un Observatorio Social de la Subcuenca del Canal do Cunha – una de las más degradadas de la Bahía de Guanabara. El objetivo del proyecto es reunir investigadores y sociedad civil organizada, convergiendo saber científico y popular, para transformación del escenario de injusticia ambiental en la subcuenca. La Cooperación Social de la Presidencia de Fiocruz y la Vicepresidencia de Ambiente, Atención y Promoción de la Salud (VPPAPS) de la Fundación están entre los apoyadores del proyecto.
La subcuenca del canal do Cunha es entrecortada por 44 chabolas – conteo con fecha del 2006, según estudio del Instituto de Comunicación e Información Científica y Tecnológica en Salud (Icict/Fiocruz). El espacio recoge las aguas de los ríos que nacen en la Sierra de los “Pretos Forros”, en el Macizo de Tijuca, y en el macizo de la Sierra de la Misericordia, y atraviesan áreas densamente pobladas como Manguinhos, Cascadura, Piedade, Lins de Vasconcelos, Engenho de Dentro, Inhaúma, Jacaré, entre otros.
Para pensar la construcción de políticas públicas ambientales más participativas y eficientes para ese espacio, el observatorio es una iniciativa del Grupo de Articulación de los Pueblos de la Subcuenca del Canal do Cunha, que reunirá actores y movimientos sociales de base comunitaria. La propuesta del observatorio fue anunciada durante el 4° Encuentro de los Ríos – El Camino de las Aguas [4º Encontro dos Rios – O Caminho das Águas], organizado por el grupo, en septiembre, en el auditorio del Museo de la Vida, en Fiocruz.
El geógrafo y militante Ernesto Imbroisi, uno de los responsables de la concepción y desarrollo de la iniciativa, explica que su dibujo conceptual permite una mayor aproximación de instituciones académicas con las demandas reales de la población local. “La idea es que la investigación pueda ser un instrumento de transformación social en la mano de las organizaciones de base sociocomunitarias”, ejemplificó. “Un informe técnico sobre calidad del agua de un río que corta una chabola de la subcuenca, por ejemplo, puede servir como material de denuncia para el Ministerio Público, en el caso de que se identifique alguna violación, puede embasar alguna política realmente estructuradora dentro del Comité de Cuenca Hidrográfica de la Bahía de Guanabara”.
De acuerdo con el ambientalista Sérgio Ricardo, miembro-fundador del Movimiento Bahía Viva y uno de los apoyadores del proyecto, “la creación del Observatorio del Cunha y los otros dos observatorios que están despuntando al mismo tiempo [el Observatorio Pesquero de la Bahía de Guanabara y el Observatorio Geográfico y Histórico de Uerj de São Gonçalo], surgen en un contexto de evidente fracaso del Programa de Descontaminación de la Bahía de Guanabara”. Él apunta que “fueron gastos R$10 mil millones de los préstamos en obras faraónicas, importación de plantas europeas recicladoras de basura – ninguna de ellas en funcionamiento, la mayoría desmontada y oxidando”.
Para Sérgio Ricardo, una de las principales causas del fracaso del programa fue justamente el hecho de centros de investigación no haber sido escuchados en su formulación. “Una de las grandes críticas que se hace al proyecto de descontaminación fue, primera la falta de planeamiento, y la segunda, la ausencia de participación popular. Investigadores, algunos que estudiaban la Bahía hace décadas, como Elmo Amador, tampoco fueron escuchados”, explicó.
Cómo funciona el proyecto
El Observatorio de la Subcuenca del Canal do Cunha trabajará en cuatro ejes: investigación (producción de conocimiento por centros de investigación y por la academia a partir de la construcción compartida y del método de la investigación-acción – proceso investigativo e interactivo entre investigadores y población para generar posibles soluciones a los problemas detectados en la realidad; educación (procesos de formación y educación en los territorios, cualificando a nuevos actores sociales relacionados a la temática de salud y ambiente); gestión (potenciar las acciones de las organizaciones sociales y de las instituciones integrantes del Observatorio en la gestión de los recursos hídricos a partir del Comité de Cuenca Hidrográfica de la Bahía de Guanabara); y difusión (diseminar el conocimiento, informaciones y tecnologías sociales producidos por los colaboradores articulados en el observatorio y por otras instituciones y organizaciones sociales).
A partir de esas líneas de actuación serán pensados proyectos que puedan dar sustentación y dirección para las acciones desarrolladas por el observatorio. Uno de ellos involucra el mapeo de nacientes de la subcuenca del canal do Cunha para posterior actividad de recuperación ambiental.
Según Ernesto Imbroisi, el Observatorio desarrollará sus acciones teniendo como presupuesto metodológico lo que llama camino de las aguas. “¿Qué significa eso? Que las iniciativas implementadas buscan recorrer los caminos del río, de aguas arriba hacia aguas abajo, en el sentido naciente-desembocadura”, aclaró. “La escoja por ese abordaje es para garantizar que cualquier mejora en las condiciones ambientales de la subcuenca del canal do Cunha sea continua y permanente, reflejando directamente para la reducción de la descontaminación de la Bahía de Guanabara”.
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Fuente: Revista Manguinhos – Reportaje Luiza Gomes